A veces.... leo cómics.
Enigma Peter Milligan Col. Vertigo núm. 277 Número único Formato: Prestigio 17x26 cm. 208 págs. Color Guión: Peter Milligan |
Ampliemos estos interesantes comentarios. Y ojo, que no me va a quedar más remedio que revelar contenidos.
Enigma es un buen cómic. Es una excelente historia, magníficamente guionizada, y no poco menos magníficamente dibujada. Me ha parecido impactante la forma en la que Milligan desarrolla sus personajes, cómo te engancha en una trama casi carente de obviedades y de previsibilidades, el dibujo de Fegredo es arrollador, confuso pero muy efectivo, y no voy a decir menos del color.
Venga, va, es un cómic magnífico, o casi...
Porque con la perspectiva de varios días pensando qué decir sobre él, de repente me he dado cuenta de que no me ha satisfecho el desenlace, de manera global me ha dejado cojo, pero... ¿por qué?
Pues porque un desarrollo magnífico durante los siete primeros capítulos se va al traste al final, convirtiéndose en una ridicula história de amor cursi y ridícula, y no lo digo por su característica homosexual, que no nos vamos a poner ahora a montar un debate sobre esto, sino porque al final todo... ¿en qué se queda?... ¿en los desvaríos de un ser poderoso pero completamente loco?... ¿en el descubrimiento de los nuevos gustos sexuales?... ¿Y qué pasa con el resto?... ¿Qué pasa con las verdades de los muchos personajes que Milligan ha manejado durante toda la historia y que de repente desaparecen en un ridículo abrazo?... ¿Cómo se pueden dirigir las cosas hacia caminos tortuosos y dejarlos luego en 'la vida es rosa'..?
Y aún con todo, el cierre final se convierte en genial con el descubrimiento de la identidad del narrador, que deja un agradable sabor a originalidad.
En definitiva, que no me ha satisfecho el desenlace, que algo que iba aparentemente en serio, se vuelve mediocre y deja injustamente arrinconados muchos aspectos, no puede quedarse todo en amor y compaña.
De todas maneras, gracias, D.Alvaro, porque su recomendación ha resultado ser excelente.
Por cierto, que no se me olvide recordarles que la introducción de Morrison, agradable sorpresa con la que me encontré, debe ser leída, porque no tiene desperdicio.
Saludos.